12/02/23

Me siento ultrajada.
Todavía no has venido. Casi 2 años después.
Entiendo el contexto, lo acepto, lo comprendo.
Pero estamos a 50min.
Puedes hacer un sube y baja.
Es como si no quisieras venir. Tal vez no estás cómoda.
Tal vez la vida va por otros derroteros.
Pero hay que buscar huecos. Momentos.
Sino, la vida pasa.
Y llegados a este punto no sé si me apetece que vengas. 
Estoy dolida.
Abandonada, también.

Estoy enfadada. Sí.
Creo que es la primera vez que me doy cuenta de ello. 
Siento un cambio profundo en mí. Ya no te veo. 
Desconfío. No te conozco.
Me siento incómoda contigo.
Me siento en arenas movedizas. Cada movimiento tiene una reacción imprevisible. 
No me conoces. 
Tienes un filtro de la realidad muy distorsionado. Y tu actitud frente a ello no te ayuda. Te haces más daño que beneficio. 
Me siento juzgada. Abandonada. Rechazada.
Nunca antes me había sentido así. 
Nunca contigo.
Eras respetuosa con mis líneas rojas. Más que nadie. Más que todos.
Y ahora esas líneas rojas se han hecho más gruesas. Tanto que cualquier paso tuyo, las toca.
Estoy muy incómoda. Mucho.
He levantado una pared entre nosotras. 
Me protege. 
De ti, de tu autodestrucción. Y en esa autodestrucción, has arrasado con todos. TODOS.
Conmigo no vas a poder. Estaré ahí para sostenerte; no te abandonaré. Pero no te conozco. No te creo. No confío en tus palabras.
Nunca pensé que te escribiría estas palabras.



30/10/22

Me resisto.
No quiero.
Hay algo en mí que me hace negar.
Es un acto inconsciente. Siento sensaciones negativas y me hago pequeña. Y lo niego.
Me desvío del objeto.
No quiero afrontar la situación. La pospongo. 
Hasta cuándo?
Hasta que debo hacerlo. Pero para entonces el peso de la culpabilidad y del remordimiento me oprimen el pecho y no puedo respirar.
La responsable soy yo.
Cómo cambiar ese patrón tóxico? Por qué me maltrato así? Por qué no soy valiente para afrontarlo?
Romper patrones inconscientes no es fácil. Es una lucha interna contra las contradicciones personales. Una lucha entre David y Goliat.

Quién gana en todo esto?
Espero que sea Yo.

Despierta.

19/04/22

Me da mucha rabia que no te caiga bien.
No hace falta que nos caigamos bien. Solo que respetemos el espacio y la idiosincracia del otro.

Lo que más rabia me da es que te pregunte y lo niegues. ¿Por qué no lo afrontas y me lo dices a la cara?
Eso es lo que más odio. Eso.

Al final es algo recíproco. 

No me gusta, no soporto, tu falta de carácter. Ese mismo que expresas cuando tienes una opinión, ese mismo que quieres imponer cuando expresas un pensamiento. No soporto la tibieza de personalidad que tienes bajo esa fachada.

Pero eso, me parece, es una consecuencia de tu rechazo hacia mi. Lo que yo pienso no es el motivo que originó esta situación de apariencias.
Porque no entiendo por qué no te caigo bien. 

Hay algo que digo y cómo lo digo que genera en ti rechazo. O lo interpretas mal. O no entiendes.
Hay algo que presupones de mí que no es cierto.
Determinas y sentencias cosas que no son verdad y que no te atreves a descubrir realmente porque no quieres comunicarte, no quieres hablar. Con los años que llevas por delante, no entiendo como aún no has aprendido a aceptar y  a darte cuenta de que no podemos presuponer nada de las personas. Cada uno tiene su forma de ver y entender la vida y todas son válidas.

Eso es lo que más rechazo me provoca de tu personalidad: el prejuicio, la sentencia. La expectativa no cumplida que se vuelve rechazo y aversión. 
Tienes un problema gordo.

Y yo también, si tengo que compartir tiempo y espacio contigo.
Tengo que aprender a dejar pasar, a callar, a seguir la corriente, para sobrevivir. Si no, arderá Troya.
Amén.


Hoy me he casado.

13/04/22

Cuando interiormente pido un deseo para mí, me siento tremendamente egoísta.
Lo compenso, inconscientemente en el día a día, ofreciéndome a los demás.

Soy altruista y generosa a los ojos de los demás.
Pero yo sé la verdad.

11/03/22

Hay una parte de mi que sabe que tengo un gran potencial.
Si lo desarrollo, ¿puedo llegar a ser prepotente?

En un momento de mi vida decidí no llegar a ese punto.
¿Por qué?
Porque no quería dejar de pertenecer al colectivo.
No quería sobresalir y desidentificarme del grupo social.
¿Por qué no utilicé esa característica para diferenciarme?
 
Ahora, sufro esas consecuencias. 
Necesito, visceralmente, definirme. 
Me siento mediocre.
Hay una parte de mi que quiere seguir siendo mediocre.